HISTORIA DEL CALENDARIO Y DE LOS MESES DE 28-29-30-31 DÍAS
Antes de comenzar a escribir sobre calendarios vale la pena saber que hay dos tipos de estos e incluso combinados, yo solo dedicaré este articulo al calendario Lunar y Solar para no extenderme demasiado.
El calendario solar es aquel calendario cuyos días indican la posición de la Tierra en su revolución entorno al Sol. El calendario lunar se basa en los ciclos lunares que tiene nuestro satélite sobre la tierra. Como ejemplo de calendario lunar tenemos el musulmán.
La Meca |
En el calendario Lunar el día comienza con la caída del sol, y el mes comienza unos dos días después de la luna nueva, cuando comienza a verse la luna creciente. El año lunar consta de 12 meses, cinco de los cuales son de 29 días y el resto de 30, el resultado es un año de 354 días. subdividido en los meses siguientes: Muharram, Safar, Rabi `al-Aw wali, Rabi `ath-Thani, Jumada l-Üla, Jumada l-Akhira, Rajab, Sha `ban, Ramadhan, Sahwwal, Zu l-Qa`da y Zu l-Hijja. La diferencia de 11,25 días con el año solar hace que los meses viajan rápidamente a través de las estaciones. La duración promedia de la luna es de 29 días 12 horas 44 minutos y 2,8 segundos. Sobrepasa por lo tanto la duración del mes musulmán de unos 44 minutos, o sea 11 días cada 30 años. El calendario musulmán tiene por lo tanto 19 años de 354 días y 11 años de 355 días (los años abundantes).
Calendario egipcio en Kom Ombo |
Rómulo y Remo |
Los diez meses sumaban un total de 304 días; los 61 días restantes del año, los correspondientes al invierno, no estaban asignados a ningún mes. Roma, en aquellos tiempos, era una civilización fundamentalmente agrícola, y el propósito del calendario era organizar los trabajos del campo; en invierno, en el campo, había poco que hacer.
Numa Pompilio 2º rey de Roma |
Ianuarius (enero, 28 días), en honor de Jano. Martius (31 días). Aprilis (29 días). Maius (31 días) Iunius (29 días). Quintilis (31 días). Sextilis (29 días). September (29 días). October (31 días). November (29 días). December (29 días). Februarius (febrero, 28 días), mes de la purificación (februa).
Poco después se añadió un día más a Ianuarius, para que también tuviera un número impar de días, y sólo quedó como mes de mal agüero Februarius, mes dedicado a los ritos de purificación. Como este calendario lunar (354-355 días) no se correspondía con el solar (365,242198 días), de tanto en tanto había que añadir días adicionales para sincronizarlo con las estaciones.
Hacia el año 450 a.C. se estableció el calendario republicano, en el que se invirtió el orden de Ianuarius y Februarius, y se añadió cada dos años un mes intercalar, Mercedonius, llamado así porque era cuando los mercenarios recibían su salario. Este mes tenía 27 días, pero cuando se incluía en el calendario, febrero se quedaba con sólo 23 ó 24 días. Así, el año medio se ajustó a 366,25 días, un valor más próximo al del año solar. De todos modos, la adición de días o meses adicionales estaba al arbitrio de los pontífices máximos, y muchas veces pesaban más las razones políticas que las cronológicas en sus decisiones, así que hasta la llegada de Julio César, el sistema era bastante caótico.
Julio Cesar |
Sin embargo, la regla de los años bisiestos se aplicó mal en los primeros tiempos, cada tres años en vez de cada cuatro, con lo que el calendario quedó de nuevo descompensado. Augusto arregló el desaguisado 36 años más tarde, estableciendo la frecuencia correcta de los años bisiestos, y eliminando algunos días del año 9 a.C. para resincronizar el calendario. Por esta nueva reforma, se cambió el nombre del mes Sextilis por el de Augustus (agosto) (aunque las malas lenguas dicen que fue porque Augusto tenía envidia de Julio César).
Gregorio XIII |
El calendario se adoptó inmediatamente en los territorios pontificios y en los que estaban controlados por Felipe II de España. En un breve periodo lo adoptaron los restantes paises católicos. Los paises protestantes no lo adoptaron hasta unos cien años después. No se implantó en Gran Bretña hasta 1752, en Rusia hasta 1918 y en Turquía hasta 1927. En la actualidad sólo una parte de la iglesia ortodoxa sigue usando el calendario juliano. Debido a las diferentes fases de implantación del calendario a lo largo de la historia, surge la necesidad de un calendario común que permita referirse sin ambigüedad a un momento de la historia. El concepto de día juliano (no confundir con calendario juliano) resuelve este problema.
El día juliano es una forma de referirse al tiempo basándose en un origen temporal situado a las doce del mediodía del 1 de enero del año 4713 antes de Cristo, sobre el meridiano de Greenwich. A lo largo de la historia cada cultura ha elaborado sus calendarios locales, los cuales han sufrido (o sufren periódicamente) modificaciones para corregir las derivas acumuladas. Estos avatares de los calendarios pueden dar lugar a ambigüedades. El día juliano, o por extensión, la fecha juliana establece una forma de operar con fechas sin ambigüedades independientemente del momento histórico y del calendario local. Su creador, Scaliger, lo llamó juliano en referencia al calendario juliano (este último en honor a Julio César, ( promotor del cambio de un calendario lunar al primer calendario solar de Roma) aunque algunas referencias mencionen que lo hizo en honor a su padre, que así se llamaba.
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