Tab Menu E

Tab Menu E

12 de septiembre de 2012


LA EXTRAÑA DESAPARICIÓN Y RESURRECCIÓN  DEL COCHE ELÉCTRICO
La historia del coche eléctrico en el último siglo es como una sucesión de oportunidades perdidas e intentos fallidos. Después de haber sentado las bases de la industria del automóvil en el inicio del siglo XIX, el coche eléctrico fue dejado de lado en favor del coche con motor de combustión interna. Este tipo de motor era más efectivo y fue arraigándose más en el siglo XX, obteniendo gran popularidad entre la población y la industria del automóvil. A principios del siglo XX, cuando el petróleo empezó a ser un producto más asequible, el motor de combustión empezó a tener éxito. De hecho, motivados por ese repentino éxito del motor de combustión, los fabricantes de coches eléctricos empezaron a cerrar sus fábricas o se pasaron directamente a la producción de motores térmicos, sin sopesar el impacto medioambiental que produciría posteriormente sobre la Tierra. A día de hoy para que queremos tener un coche potentísimo si nos vemos obligados (y no sin razón) a respetar las estrictas normas del código de circulación vigente en cada país, que limitan la velocidad de los coches por sus ciudades y carreteras. A pesar de un inicio alentador, el coche eléctrico no tardaría en enfrentarse a sus limitaciones tecnológicas: prestaciones limitadas, poca autonomía y tiempos de carga demasiado larga, que han sido corregidas con el paso de los años. El coche eléctrico ha sido apartado de la circulación en varias ocasiones por motivos obscuros (que más adelante trataré) y ha vuelto a resurgir en momentos puntuales de la historia. Las guerras y la crisis petrolera han sido los factores principales que han hecho resurgir este tipo de vehículo, sin olvidar sus cualidades de funcionamiento silencioso, tecnología, fiabilidad,  poco o nada contaminante y caracterizado por no llevar cambio de marcha ni manivela de arranque. Podríamos decir que es un vehículo automático al que solo debemos acelerar y frenar. La mejora en la tecnología de las baterías está consiguiendo que sean una alternativa a considerar. El coche convencional de combustión comienza su decadencia ahoray el resurgir del vehículo eléctrico está a la vuelta de la esquina, y parece, que ésta vez será difícil pararlo aunque  vaya en contra de los intereses de las grandes firmas petroleras.
El EV1 fue el primer vehículo eléctrico moderno lanzado al mercado en 1996 por General Motors en los Estados Unidos. Su producción fue descontinuada en 1999 y todos los vehículos en uso fueron retirados del mercado por GM entre 2003 y 2004. La mayoría de un total de 1.117 unidades fueron destruidos y algunos vehículos fueron donados a museos. General Motors obtuvo muchas críticas por dar este paso y fue acusada de tener mezclados intereses con empresas petroleras. En respuesta a esta crítica, GM respondió que entre otras razones, que el EV1 no era comercialmente viable en aquella época debido a los altos intereses económicos de las compañías petroleras y a la falta de baterías adecuadas. La empresa Chevron-Texaco adquirió la patente de las baterías Níquel Metal Hidruro y posteriormente desmontó la fábrica. En 1997 Nissan presenta su Hypermini que fue exportado a USA y adquirido en régimen de alquiler por varias empresas públicas, como se hacia con todos los coches eléctricos. Al poco tiempo fueron retirados del mercado para destruirlos. En 1997, Toyota fabrica el 4x4 denominado RAV4-EV (Electric Car)  de alta tecnología, y en el 2003 Toyota detiene su producción y los retira del mercado, también para después destruirlos. Pero en esta ocasión no lo lograron, en USA crearon una asociación que les puso las cosas peliagudas a Toyota y consintieron su venta, incluso hoy día hay mas de 750 unidades cuyos usuarios lograron comprar, rodando en perfectas condiciones.
 Parece ser que el tema está claro. El coche eléctrico se había convertido en una amenaza con claras aspiraciones a dominar el mercado mundial de su sector y había que cortarle la cabeza antes que revolucionara la industria automovilística, por supuesto con los efectos posteriores que conllevaría para los grandes monopolizadores del mercado.  Tenemos que preguntarnos el porqué de la resurrección de este vehiculo. Quizá la contaminación global es mucho más grave de lo que nos hacen ver, y parece ser que los recursos petrolíferos en la Tierra se están acabando. No podemos resignarnos a la monopolización del petróleo en manos de países que pueden tumbar economías de otros estados tan sólo con subir el precio del barril o cortando el suministro y debemos abrir nuestras puertas a las nuevas tecnologías menos contaminantes  La cuestión es que la producción de coches eléctricos se está empezando a imponer. Y las grandes firmas ahora están apostando fuertemente por este tipo de transporte. Esperemos que esto nos sirva de ejemplo entre otras cosas y que todos los años perdidos de investigación y patentes compradas por firmas poderosas no queden olvidadas en un cajón por el mero echo de no ser rentables para sus intereses, que son, solo y únicamente monetarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario