LA BOCA DE LA VERDAD
La Boca de la Verdad es una enorme máscara de mármol con fama mundial que podemos
encontrar en Italia en la ciudad de Roma. Cuenta la leyenda que un marido
celoso llevó a su mujer hasta la Boca de la Verdad para
comprobar si le engañaba con otro, ya que según historias antiguas del lugar,
si uno decía una mentira mientras tenía la mano en la abertura de piedra,
inmediatamente ésta se cerraba aplastando la mano del mentiroso. El amante de
la mujer, alertado por los gritos del marido en plena calle, se dejó caer por
el lugar justo en el momento en que la pareja estaba delante de la Bocca. La
mujer, al ver llegar a su amante simuló marearse cuando éste pasó por su lado,
con lo que el amante no tuvo más remedio que recogerla en sus brazos para que
no cayera al suelo. El marido, agradecido, se giró hacia su mujer dispuesto a
seguir con el ritual y comprobar si le había sido infiel. Así que metió la mano
de su mujer en la boca de piedra y le preguntó si había estado con algún otro
hombre que no fuera él. La mujer le dijo entonces que podía estar tranquilo,
que nunca había estado con ningún otro hombre, y que solo había estado en sus
brazos y en los del joven mozo que la acababa de salvar de una caída al
marearse. Y así fue como pudo conservar su mano. Esta es tan sólo una de las
muchas leyendas que existen sobre la famosa escultura que, con el paso de los
años, continúa generando una enorme
expectación.
La legendaria escultura de enormes dimensiones,
cuenta con un diámetro de 1,75 metros,
está dedicada al Dios Tritón representado por un rostro masculino con barba, con los ojos, la nariz y la boca perforados.
La historia nos cuenta que este símbolo de Roma, situado en la iglesia medieval
de Santa Maria in Cosmedin,
es en realidad una boca de alcantarilla romana que simula una antigua máscara
del dios Tritón que
era un dios menor del mar, hijo del dios de los mares Poseidón, y de Anfitrite, la
hija menor del titán Nereo u Océano y ninfa del mar Mediterráneo. Tenía cabeza
y torso humanos y cola de pez. Era el heraldo de Poseidón, por eso casi siempre
se le representa soplando una caracola, con la que transmitía los mensajes y
las órdenes en la batalla. A pesar de que actualmente la iglesia prácticamente
carece de adornos, aún conserva algunos bellos elementos decorativos como los mosaicos del suelo, el trono del obispo, el
coro y el baldaquino. Uno de los principales tesoros que se conservan en
la iglesia es el relicario de cristal
que guarda el cráneo de San Valentín, patrón de los enamorados. La
fachada, restaurada con un aspecto medieval temprano, tiene un pórtico con
siete arcos en el que los turistas se
agolpan para introducir la mano en la mítica Boca de la Verdad. Junto al
porche se alza un esbelto campanario
románico que fue añadido al templo en el siglo XII. Es muy común ver
bastante gente haciendo cola para fotografiarse con la mano dentro de la Boca
de la Verdad. Bajo el altar se encuentra una cripta que fue construida en el
siglo VIII para cobijar las reliquias que el papa Adriano I había extraído de
las catacumbas. La cripta posee la forma de una
pequeña basílica en la que se ubican varios nichos con estantes de mármol en los que se muestran las reliquias de los
peregrinos. El nombre boca de la
verdad aparece en el año 1485, y la escultura aparece mencionada desde entonces entre
las curiosidades de Roma. Se sabe que al inicio estaba fuera del pórtico de la
iglesia y que fue trasladada tras las restauraciones solicitadas por Urbano VIII
en el año 1631.
Esta escultura antigua nos recuerda que el
problema de la verdad no es un problema nuevo sino que se remonta a la
antigüedad. Y la historia demuestra también, que por más que quienes estén
involucrados en hechos delictivos los quieran ocultar con medias verdades o
falsedades, tarde o temprano siempre la verdad florece de entre los labios de
la Boca de la Verdad de los testigos, víctimas y personas no dispuestas a
tolerar la impunidad; hasta inclusive de victimarios atormentados se han
conocido verdades al romperse el pacto de silencio que protege a los autores de
crímenes contra las personas. Tanto si os gustan las iglesias
como si no, Santa María in Cosmedin es un buen destino entre otros muchos de la
ciudad para vuestro itinerario a la hora de conocer Roma.
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