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6 de septiembre de 2012

LA BOCA DE LA VERDAD

La Boca de la Verdad es una enorme máscara de mármol con fama mundial que podemos encontrar en Italia en la ciudad de Roma. Cuenta la leyenda que un marido celoso llevó a su mujer hasta la  Boca de la Verdad para comprobar si le engañaba con otro, ya que según historias antiguas del lugar, si uno decía una mentira mientras tenía la mano en la abertura de piedra, inmediatamente ésta se cerraba aplastando la mano del mentiroso. El amante de la mujer, alertado por los gritos del marido en plena calle, se dejó caer por el lugar justo en el momento en que la pareja estaba delante de la Bocca. La mujer, al ver llegar a su amante simuló marearse cuando éste pasó por su lado, con lo que el amante no tuvo más remedio que recogerla en sus brazos para que no cayera al suelo. El marido, agradecido, se giró hacia su mujer dispuesto a seguir con el ritual y comprobar si le había sido infiel. Así que metió la mano de su mujer en la boca de piedra y le preguntó si había estado con algún otro hombre que no fuera él. La mujer le dijo entonces que podía estar tranquilo, que nunca había estado con ningún otro hombre, y que solo había estado en sus brazos y en los del joven mozo que la acababa de salvar de una caída al marearse. Y así fue como pudo conservar su mano. Esta es tan sólo una de las muchas leyendas que existen sobre la famosa escultura que, con el paso de los años, continúa generando una enorme expectación.
La legendaria escultura de enormes dimensiones, cuenta con un diámetro de 1,75 metros, está dedicada al Dios Tritón representado por un rostro masculino con barba, con los ojos, la nariz y la boca perforados. La historia nos cuenta que este símbolo de Roma, situado en la iglesia medieval de Santa Maria in Cosmedin, es en realidad una boca de alcantarilla romana que simula una antigua máscara del dios Tritón que era un dios menor del mar, hijo del dios de los mares Poseidón, y de Anfitrite, la hija menor del titán Nereo u Océano y ninfa del mar Mediterráneo. Tenía cabeza y torso humanos y cola de pez. Era el heraldo de Poseidón, por eso casi siempre se le representa soplando una caracola, con la que transmitía los mensajes y las órdenes en la batalla. A pesar de que actualmente la iglesia prácticamente carece de adornos, aún conserva algunos bellos elementos decorativos como los mosaicos del suelo, el trono del obispo, el coro y el baldaquino. Uno de los principales tesoros que se conservan en la iglesia es el relicario de cristal que guarda el cráneo de San Valentín, patrón de los enamorados. La fachada, restaurada con un aspecto medieval temprano, tiene un pórtico con siete arcos en el que los turistas se agolpan para introducir la mano en la mítica Boca de la Verdad. Junto al porche se alza un esbelto campanario románico que fue añadido al templo en el siglo XII. Es muy común ver bastante gente haciendo cola para fotografiarse con la mano dentro de la Boca de la Verdad. Bajo el altar se encuentra una cripta que fue construida en el siglo VIII para cobijar las reliquias que el papa Adriano I había extraído de las catacumbas. La cripta posee la forma de una pequeña basílica en la que se ubican varios nichos con estantes de mármol en los que se muestran las reliquias de los peregrinos. El nombre boca de la verdad aparece en el año 1485, y la escultura aparece mencionada desde entonces entre las curiosidades de Roma. Se sabe que al inicio estaba fuera del pórtico de la iglesia y que fue trasladada tras las restauraciones solicitadas por Urbano VIII en el año 1631.
Esta escultura antigua nos recuerda que el problema de la verdad no es un problema nuevo sino que se remonta a la antigüedad. Y la historia demuestra también, que por más que quienes estén involucrados en hechos delictivos los quieran ocultar con medias verdades o falsedades, tarde o temprano siempre la verdad florece de entre los labios de la Boca de la Verdad de los testigos, víctimas y personas no dispuestas a tolerar la impunidad; hasta inclusive de victimarios atormentados se han conocido verdades al romperse el pacto de silencio que protege a los autores de crímenes contra las personas. Tanto si os gustan las iglesias como si no, Santa María in Cosmedin es un buen destino entre otros muchos de la ciudad para vuestro itinerario a la hora de conocer Roma.

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